Demencia y ruido: Caso de estudio en Munich
El envejecimiento saludable de la población (España es uno de los países con mayor esperanza de vida del mundo) trae consigo no solo un cambio demográfico, sino también desafíos de condiciones sanitarias relacionadas con la edad, entre las que se encuentran la pérdida de audición y la demencia. En este artículo [1] previamente publicado en Hospitecnia, se habló de pérdida auditiva y demencia, y de cómo esta tiene un gran impacto tanto en cómo nos relacionamos con otras personas como con los espacios donde desarrollamos nuestras vidas.
Dos tipos de usuarios finales: pacientes y personal sanitario
Se dice de las personas que padecen demencia, que la audición es, de todos los sentidos, el que tiene un mayor impacto en su calidad de vida, ya que por norma general sufren de extrema sensibilidad al ruido. Esto puede conducir a confusión, ansiedad y aumento de los niveles de estrés. Además, las reacciones fisiológicas al ruido pueden provocar aumento del ritmo cardíaco, presión arterial y fatiga.
Un buen acondicionamiento acústico debería aumentar el confort y potenciar las capacidades cognitivas de las personas con discapacidad auditiva y demencia, para así facilitar las tareas diarias y reducir el riesgo, en entornos ruidosos, de por ejemplo, no escuchar y/o entender anuncios importantes o alarmas de emergencia.
Asimismo, el personal sanitario suele tener una carga de trabajo elevada debido a la multitud de pacientes que necesitan atender. Las tareas complejas que desarrollan producen cansancio y estrés que se puede ver acentuado por un mal acondicionamiento acústico debido al esfuerzo mental y la dificultad para concentrarse. Por lo tanto, los espacios donde se pasa consulta deberían favorecer la comunicación (buena inteligibilidad) y tener tiempos de reverberación adecuados.
Intervención acústica en una clínica de demencia en Múnich (Alemania)
Con el objeto de investigar qué impacto tiene el entorno acústico en una clínica de demencia, se realizó un estudio en una clínica en Múnich (Alemania). El estudio fue parte de un proyecto conjunto de Ecophon con la Universidad de Múnich.
La sala de estudio es una consulta de terapia ocupacional donde los médicos llevan a cabo pruebas cognitivas para diagnosticar si el paciente tiene demencia y, en caso afirmativo, en qué grado. La sala tiene una superficie aproximada de 45 m² y todas las superficies de los paramentos son acústicamente muy “duras”: el piso es de linóleo, las paredes son de hormigón y yeso, y el techo está revestido de paneles de escayola. Esto hace que la sala sea muy reverberante y que la inteligibilidad no sea la adecuada para llevar a cabo la actividad para la que esta está diseñada.
La intervención que se realizó fue cambiar el techo de escayola (“acústicamente reflectante”) por uno fonoabsorbente Clase A. Concretamente, se instaló una solución pegada (debido a limitaciones prácticas) de 40 mm de espesor: Ecophon Master SQ (ver Fig. 1). Se realizaron mediciones acústicas antes y después de la instalación del techo. Asimismo, se realizaron cuestionarios cualitativos entre el personal del centro.
Fig. 1: Consulta objeto de estudio de la clínica en Múnich; plano (izquierda) y foto de la clínica (derecha).
Los resultados antes y después de la intervención acústica se presentan en la Fig.2. Las medidas tras la instalación del techo fonoabsorbente arrojaron una mejora notable tanto del tiempo de reverberación como de la claridad del habla (medido en porcentaje de palabras entendidas a través del parámetro “definición”). El código (DIN 18041), para la tipología de espacios que nos incumbe (B3), estipula que una sala de este tipo debe cumplir con ratio de absorción efectiva y volumen del espacio mayor o igual a 0.2 (A/V≥0.2). Esto equivale (para este caso en particular) a un tiempo de reverberación de 0.8 segundos. Antes de la intervención, la sala no cumplía con el estándar. No obstante, después de instalar el techo, sí que se cumplió la regulación. Asimismo, la inteligibilidad pasó de 65% (bueno) a 83.5% (excelente). Este cambio en el ambiente sonoro puede ser claramente percibido por el oído humano, ya que la mínima diferencia apreciable (JND del inglés just noticeable difference) para la definición (D50) es 5% según la ISO 3382-1. Aunque la inteligibilidad no está regulada en la norma de construcción de casi ningún país para instalaciones sanitarias [2], es un parámetro muy relevante a la hora de evaluar la calidad sonora de un en espacio destinado a la comunicación, y más si cabe si los pacientes tienen una discapacidad auditiva.
Fig. 2: Resultados (tiempo de reverberación y definición) antes y después de la intervención acústica.
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