Cuando hablamos de humanizar los espacios sanitarios, de trabajar su confort, de mejorar la experiencia del paciente, parece que el objetivo de estas acciones sean sólo aquellos espacios técnicos que acogen pacientes más críticos, como UCIs, quirófanos o salas TAC. Pero no es así: la necesidad de confort y humanización no es privativa de ninguna tipología ni de ningún usuario. Al contrario, cualquier espacio utilizado por personas, debe cumplir unos requisitos reglamentarios de confort y habitabilidad, y ha de ser, por definición, humanizado, en la medida en que está diseñado por y para humanos que interactúan necesariamente con él.

Los entornos sanitarios y asistenciales tienen un denominador común: un usuario en situación de vulnerabilidad. Es lógico prestar más atención a aquellos con un diagnóstico más grave, pero a efectos de confort ambiental, hay un grupo especialmente sensible a los estímulos organolépticos provenientes del él: los afectados por algún tipo de trastorno o deterioro neuro cognoscitivo.

La influencia del nivel e intensidad de la luz, el ruido o las vistas sobre una persona cuyas facultades cognitivas y/o neurológicas se ven afectadas transitoria o permanentemente, puede ser mucho más fuerte y, sobre todo, inmediata, que la que ejercerán en el estado de ánimo o ciclo circadiano de un paciente con las funciones vitales comprometidas. A pesar de tener un estado clínico más peligroso, la capacidad de influencia, positiva o negativa, de los factores ambientales, es mucho más débil que la que estos mismos factores producen en un paciente con alteraciones perceptivas y síntomas físicos, afectivos, cognitivos o del comportamiento.

Según recoge Encuesta Nacional de Salud en España (ENSE) 2017, “más de una de cada 10 personas de 15 años o más, refirió haber sido diagnosticada de algún problema de salud mental (10.8%)”. Los casos de depresión y la ansiedad crónica diagnosticadas por un médico ocupan puestos muy relevantes en el ranking de prevalencia de los problemas o enfermedades por las que la WNSE inquiere.