Fecha: Mayo 2016
Idioma: Inglés
Procedencia: University of Cincinnati
Web: ver aquí
Autor: Allison Berry

Las instalaciones para salud mental en los Estados Unidos han recorrido un largo camino desde sus comienzos, pero algunos problemas continúan dificultando unos mejores resultados. Las instalaciones de tratamiento pueden ser intimidantes e invocar sensaciones de vergüenza o miedo en la población que por lo general ya son víctima del estigma social. La división en la tipología de construcción para tales instalaciones muestra una división paralela que también existe en los enfoques de tratamiento. Las instalaciones de tratamiento psiquiátrico para pacientes hospitalizados y ambulatorios son criticadas por ser demasiado clínicas, mientras que el resto de instalaciones de salud mental son más confortables y hogareñas para el paciente, ofreciendo así una opción menos intimidante y más accesible para clientes que experimentan ciertas crisis.  

Una evaluación del transcurso de la historia de la atención médica, la arquitectura donde se realizó el tratamiento y la percepción social de la atención sanitaria ayudan a informar sobre las decisiones de lo que podría ser en un futuro un centro de salud mental. El uso reflexivo de la tipología, el programa, el estilo arquitectónico y la relación con la comunidad tiene el poder de influir en la percepción de la salud mental. Estas decisiones no solo son apropiadas sino necesarias para aumentar la eficacia y mejorar la percepción de la atención de la salud mental. Si bien la política, la sociedad y el estigma no se pueden cambiar o resolver por completo a través del diseño, las opciones arquitectónicas pueden abordar estos problemas y fomentar un cambio.  

Introducción
Las enfermedades mentales siempre han tenido un estigma social. Incluso antes de que existiera una atención médica especializada, la sociedad ya consideraba que los enfermos mentales eran una gran fuente de carga para la vida de las personas obligadas a interactuar y lidiar con ellos.

Los primeros casos de salud mental desarrollados antes del siglo XIX fueron solamente intentos de resolver un problema que aún no se entendía. Formando una comunidad, la enfermedad mental fue tratada por contención en cárceles, hospitales y en el hogar. La idea de que la gente con enfermedades mentales necesita separarse de la ciudad para curarse, se difundió a través de Europa y Norteamérica. Los asilos se empezaron a diseñar en Estados Unidos antes del siglo XIX y se convirtieron en el primer edificio especialmente diseñado para tratar enfermedades mentales. Para emplear el tratamiento modal y ético de los pacientes, y encontrar un refugio en la naturaleza, estas infraestructuras se alejaban de la ciudad.

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