En el proceso de diseño de un proyecto de arquitectura sanitaria para una correcta elección de los materiales con los cuales vamos a trabajar deberíamos tener en cuenta cinco factores básicos, que responda técnicamente a los requerimientos necesarios por su ubicación, su aspecto y diseño, su precio, su grado de sostenibilidad o huella de carbono y sus propiedades saludables. De estos cinco factores podemos considerar que los tres primeros, características técnicas, diseño y precio, los vamos a poder encontrar con relativa facilidad.

Por lo que respecta al cuarto, su huella de carbono, las empresas fabricantes han realizado en los últimos años un esfuerzo importante y ya son muchas las que ofrecen este dato de sus productos generando estudios muy detallados del impacto del ciclo de vida de sus productos sobre el planeta.

El quinto factor, sus propiedades saludables, sigue siendo el más difícil de conocer, en parte por la falta de transparencia de algunos fabricantes, en parte por la poca presión legislativa al respecto, lo cual hace de difícil encontrar los datos relevantes de cada producto en cuanto a su salubridad. Para contrarrestar esta falta de claridad existen diversas plataformas donde se intenta exponer de manera fácilmente entendible los datos relevantes de los materiales de construcción, en PMMT hemos generado nuestra propia biblioteca de materiales saludables, Friendly Materials, donde vamos introduciendo aquellos materiales que nos parecen interesantes por sus propiedades saludables y donde se pueden consultar sus aspectos más relevantes en cuanto a salud.

Conocer el factor salud es especialmente relevante en el momento de elegir los materiales que van a estar en contacto directo con el ambiente interior de un edificio, es decir los materiales de acabados tales como pavimentos, pinturas, falsos techos o los revestimientos de divisorias verticales.

Conocer el factor salud es especialmente relevante en el momento de elegir los materiales que van a estar en contacto directo con el ambiente interior de un edificio, es decir los materiales de acabados tales como pavimentos, pinturas, falsos techos o los revestimientos de divisorias verticales.

Fotografía: Del Rio Bani

Es bien sabido que pasamos de media un 90% de nuestras vidas en espacios interiores, ya sea en nuestros lugares de trabajo o en nuestras viviendas, y que la evolución tecnológica de los sistemas constructivos hacia edificios más eficientes energéticamente nos ha llevado a tener hoy en día edificios con un elevado grado de hermeticidad, con un menor grado de ventilación natural, favoreciendo la permanencia y acumulación de sustancias contaminantes en los ambientes interiores.

Las personas que suelen ser más susceptibles a los efectos adversos de la contaminación (por ejemplo, los muy jóvenes, los adultos mayores, las personas con enfermedades cardiovasculares o respiratorias) tienden a pasar aún más tiempo en el interior, lo cual no hace sino incrementar la importancia de una correcta elección de los materiales en el momento de diseñar los espacios interiores.