Los retos a los que se enfrentan los gerentes de instalaciones hospitalarias se multiplican. De un lado, la necesidad de contribuir a alcanzar los objetivos climáticos, y, del otro, la de ahorrar. En este sentido, los costes de la energía crecen y los presupuestos operativos son más ajustados, por lo que hacer más con menos, se ha convertido en una obligación. Y la pandemia todavía ha tensionado más esta situación.

Las empresas del sector cada vez son más conscientes de que mejorar la eficiencia energética puede ayudarles a abordar estos desafíos y de que su habilitador clave es la transformación digital – más del 80% de las instituciones sanitarias reconocen que la salud digital es el camino a seguir -, y, por eso, ya se están realizando inversiones en este sentido.

Aprovechar el momento

Como mencionábamos antes, la pandemia ha sido un factor tremendamente estresante para el sector sanitario, pero también ha abierto grandes oportunidades. En concreto, ha acelerado su digitalización como nunca hubiéramos imaginado. Un buen ejemplo es la telemedicina que, hasta el momento, había ido avanzando muy lentamente y que, ahora, forma parte del día a día de médicos y pacientes. Sin olvidar, el papel tan determinante que han tenido las tecnologías digitales a la hora de comunicar los resultados de las PCR o rastrear los contactos de los positivos.

Es el momento de aprovechar este impulso y de ir más allá de aplicaciones meramente circunstanciales, apostando por sistemas que ayuden al sector sanitario a largo plazo, a mejorar la salud y satisfacción de los pacientes y la eficiencia energética de las instalaciones. En este sentido, avances como el Edge Computing o el Internet de las Cosas son fundamentales.