La sostenibilidad también está en los materiales saludables
Fecha: 11/09/2017
Idioma: Castellano
Web: ver aquí
Autor: Rita Barata, Product Leader de PMMT Forward Thinking Healthcare Architecture
Procedencia: PMMT
El 50% de la población mundial vive en ciudades[1] y los habitantes de estas urbes pasan hasta un 90% de su tiempo en espacios interiores[2]. A pesar que nuestra realidad cotidiana transcurre dentro de edificios, la preocupación por la contaminación del aire exterior es real y extensa: es un tema en el que todos somos capaces de coincidir si atendemos a bases sólidas de información. Sin embargo, ¿qué sucede con el debate del aire interior?
Igual que en ambientes exteriores, el aire interior (es decir, el aire que circula dentro de los edificios) frecuentemente presenta indicios de contaminación que, a largo plazo, puede perjudicar la salud de quienes habitan esos edificios. Simplemente pensemos que la contaminación del aire interior puede incluso llegar a niveles hasta 5 veces superiores que en el exterior.
Es cierto que vivimos en una era en que el concepto de “edificio sostenible” está en boga, pero según nuestro punto de vista este concepto frecuentemente queda corto en su definición. Conseguir un edificio sostenible (o green) no es tan sencillo como garantizar energía renovable o construir con materiales ecológicos.
La sostenibilidad en arquitectura es un concepto holístico que tiene origen en el reconocer que el ambiente construido tiene efectos profundos, tanto positivos como negativos, en el ambiente natural y en las personas. La edificación sostenible busca reducir los impactos negativos y amplificar los impactos positivos, durante todo el ciclo de vida del edificio.
Aunque existen diversas definiciones de edificación verde o sostenible, los principales factores comunes a todas definiciones son: el uso de energía, el consumo de agua, la calidad del ambiente interior, la selección de materiales y el impacto del edificio en su entorno (la huella).
Hasta la actualidad, el ahorro energético y el impacto que los edificios tienen en la salud del planeta son temas reconocibles por la mayoría de la población y parece ser que todos estamos sensibilizados para estas prácticas.
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Igual que en ambientes exteriores, el aire interior (es decir, el aire que circula dentro de los edificios) frecuentemente presenta indicios de contaminación que, a largo plazo, puede perjudicar la salud de quienes habitan esos edificios. Simplemente pensemos que la contaminación del aire interior puede incluso llegar a niveles hasta 5 veces superiores que en el exterior.
Es cierto que vivimos en una era en que el concepto de “edificio sostenible” está en boga, pero según nuestro punto de vista este concepto frecuentemente queda corto en su definición. Conseguir un edificio sostenible (o green) no es tan sencillo como garantizar energía renovable o construir con materiales ecológicos.
La sostenibilidad en arquitectura es un concepto holístico que tiene origen en el reconocer que el ambiente construido tiene efectos profundos, tanto positivos como negativos, en el ambiente natural y en las personas. La edificación sostenible busca reducir los impactos negativos y amplificar los impactos positivos, durante todo el ciclo de vida del edificio.
Aunque existen diversas definiciones de edificación verde o sostenible, los principales factores comunes a todas definiciones son: el uso de energía, el consumo de agua, la calidad del ambiente interior, la selección de materiales y el impacto del edificio en su entorno (la huella).
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