Webinar Aire Limpio. Sistema de Sellado de Conductos

Aire Limpio | SEPTIEMBRE 2025
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En un contexto donde la eficiencia energética y la calidad del aire interior cobran importancia en el diseño y mantenimiento de edificios, hay un aspecto que, aunque es crucial, pasa desapercibido en muchas ocasiones: el sellado de conductos.

En el último webinar organizado por Aire Limpio, su director de instalaciones, Juan Mora-Esperanza, ofreció una exposición clara y práctica sobre la importancia de garantizar la estanqueidad en los sistemas de climatización.

Durante su presentación, se enfatizó en que el hablar de fugas de aire no es simplemente un asunto técnico. Es, en esencia, hablar de dinero, sostenibilidad y confort. Porque cuando el aire climatizado no llega a su destino, todo el sistema pierde sentido. Se gasta energía, se sobrecargan los equipos y, al final, los espacios no se ventilan ni se climatizan como deberían. Todo ese esfuerzo y coste se queda flotando en falsos techos o escapa por juntas mal selladas.

El webinar comenzó repasando que, en los edificios donde trabajamos, aprendemos o nos recuperamos están diseñados para cuidar de las personas. Por eso, cada componente, desde la estructura hasta la iluminación, pasando por el aire que respiramos, debe cumplir estándares exigentes. En el caso del aire, se trata de garantizar que la cantidad adecuada, con la calidad apropiada, llegue a cada zona del edificio. Algo que depende en gran medida del estado de la red de conductos.

El aire se procesa en las Unidades de Tratamiento (UTA), donde se filtra, se ajusta a una temperatura confortable y se humidifica según las necesidades del edificio. Pero toda esa preparación solo tiene valor si el aire recorre los conductos sin escaparse por el camino. En muchos casos, eso no ocurre. Las pérdidas en las instalaciones pueden alcanzar entre un 20 y un 30 % del caudal de aire, lo que supone un enorme derroche energético y económico.

Las fugas suelen aparecer en uniones mal ejecutadas, codos deteriorados, compuertas con deficiencias o simplemente por falta de atención durante la obra. A veces, incluso son consecuencia directa de descuidos. Y, aunque parezca menor, esas pequeñas aberturas acaban generando impactos importantes: desde ventiladores trabajando fuera de su curva de diseño hasta quirófanos sin la presión adecuada.

La normativa vigente, como la UNE-EN 1507, establece niveles de estanqueidad que deben cumplirse según la tipología del edificio. En hospitales se exige un nivel muy alto, mientras que en oficinas es común un nivel intermedio. La normativa define exactamente cuánta pérdida de aire se puede tolerar en función del tamaño del conducto y la presión de trabajo. Cumplir con estos requisitos no es solo una cuestión legal, sino una forma directa de garantizar eficiencia, confort y sostenibilidad.

Para saber si un conducto pierde aire, se pueden realizar dos tipos de pruebas. En instalaciones pequeñas, basta con un balómetro para medir el caudal que sale por los difusores. Pero en sistemas más grandes o complejos, es imprescindible hacer una prueba de estanqueidad con equipos especializados. Se cierra todo el circuito y se introduce aire con presión controlada, observando cuánto se necesita para mantenerla estable. Esa diferencia revela cuánta fuga hay.

Ante este problema, Aire Limpio ha desarrollado una solución que va más allá de los métodos tradicionales. Su sistema de sellado automatizado, basado en polímeros nebulizados, permite actuar de forma efectiva en zonas de difícil acceso, especialmente en espacios verticales. Este polímero, compuesto de acetato de vinilo, se introduce en el conducto en forma de niebla. Se mantiene suspendido en el aire hasta que detecta un punto de fuga, donde se solidifica y sella la apertura. El proceso está monitorizado en todo momento y se detiene cuando se alcanza el nivel de estanqueidad deseado.

Este tipo de tecnología permite alcanzar niveles de sellado muy exigentes, como los requeridos en hospitales o laboratorios, y resulta mucho más preciso y eficiente que aplicar silicona de forma manual en cada junta. Además, el polímero no es nocivo, y el proceso se controla cuidadosamente para evitar que el producto salga o afecte a zonas ocupadas.

Durante el webinar, también se mostraron ejemplos reales de ahorro económico. En una instalación con una fuga del 20 %, el coste del sellado puede amortizarse en apenas cuatro años. Si la fuga alcanza el 30 %, el retorno se reduce a tres años. Esto sin contar el beneficio añadido de mejorar el confort térmico, reducir el desgaste de equipos y contribuir a los objetivos de descarbonización impulsados por la Unión Europea.

En conclusión, conocer y controlar las fugas de aire es esencial. No basta con diseñar sistemas eficientes sobre el papel, hay que verificar en obra que los conductos están correctamente sellados, hacer pruebas de estanqueidad, y, si es necesario, aplicar soluciones eficaces. Sólo así se garantiza que el aire que tanto cuesta tratar llegue a su destino.

Puedes ver la grabación de este webinar a continuación

 

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