Este artículo está escrito por Natalia Ayelén Guaglianone Úbeda, es una versión resumida de su Trabajo de Final de Grado, tutorizado por Ricard Gratacòs Batlle en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona

Los hospitales son equipamientos sanitarios que dan un servicio asistencial a la población del lugar donde se encuentran. Aunque su labor principal es cubrir las necesidades sanitarias de los ciudadanos, estas edificaciones pueden llegar a jugar un papel muy importante a nivel urbanístico, dentro de la metrópolis donde están emplazadas.

A lo largo de artículo se desglosan las cualidades urbanas de los cuatro hospitales públicos de más de 450 camas en la ciudad de Barcelona (Hospital Clínic, Hospital del Mar, Hospital Vall d’Hebron, Hospital de la Santa Creu i Sant Pau), situados en emplazamientos con características muy dispares, que permiten la comparación de sus entornos y conexiones dentro de la ciudad, para poder reconocer cuáles son los argumentos más importantes a la hora de elegir un emplazamiento para un hospital. Este análisis se elabora mediante el desarrollo de los puntos a tratar en cada hospital, que están estructurados en tres grupos: la situación y entorno inmediato, la parcela, y el hospital.

Situación y entorno inmediato

El emplazamiento elegido para ubicar el hospital es un tema crucial en el desarrollo urbanístico de la zona, ya que la localización de dicho equipamiento afecta a gran cantidad de aspectos dentro de la ciudad, tanto sociales como económicos, y también está vinculado a la eficiencia del sistema de salud del entorno. 

La relación con los ejes vertebradores de la ciudad es un punto a tener en cuenta para favorecer las conexiones entre el hospital, la propia ciudad y sus alrededores. El respaldo de estas vías en relación con el equipamiento beneficia el flujo de transporte rodado que se dirige al centro e incrementa la relación entre el centro sanitario y los usuarios. 
El hospital Vall d’Hebrón, debido a su emplazamiento alejado del centro de la ciudad, se encuentra directamente relacionado con la Ronda de Dalt que favorece un acceso rápido y directo desde diferentes puntos de Barcelona y las afueras, pero la trama viaria más cercana no permite una buena conexión entre el entorno próximo y el hospital.
 

En cambio, el emplazamiento del hospital Clínic se encuentra en el centro de la ciudad, y aunque la relación con los ejes vertebradores del viario es prácticamente inexistente debido a su lejanía con los mismos, las vías que se encuentran en su entorno cercano siguen la ordenación del ensanche, favoreciendo un flujo constante de transporte rodado, tanto público como privado, que conecta el hospital con la ciudad de una forma rápida y eficiente.

El transporte público es un determinante clave en cuanto a las conexiones con los hospitales, debido a que todos los usuarios, tanto pacientes como trabajadores, tienen que poder acudir al centro desde cualquier parte de la ciudad. Cuanto más céntrica se encuentre la parcela en relación con la malla de la ciudad, mayor será el flujo de transporte público a su alrededor. 
Este factor se puede identificar rápidamente en el entorno del hospital Clínic. Al emplazarse en un tejido con una mayor densidad edificatoria y de población, la cantidad y variedad de transporte público a sus alrededores es mucho mayor que en el resto de los casos.
 

En el caso del hospital del Mar, aunque existe una mayor variedad de transporte público en un radio de 500 m, debido a que el centro se sitúa del otro lado de la Ronda Litoral, hay una desconexión entre el equipamiento y las paradas de transporte que se encuentran en la zona, generando que el autobús sea el único medio de transporte público que comunica a los usuarios con la parcela del hospital.

La densidad edificatoria de la zona donde se sitúa está directamente relacionada con la densidad de población a la que el hospital da servicio y, por lo tanto, se vincula con el flujo de usuarios que acuden al centro. Además, también influye en el tipo de vías que hay alrededor del hospital y en sus características más significativas para el centro, como el número de carriles que tienen, el tamaño de las manzanas que es un parámetro relacionado con la distancia entre calles, las vías únicamente peatonales, la cantidad de espacios públicos que se encuentran cercanos al centro y otros. Los hospitales que se encuentran en un tejido urbano más densificado, con mayor cantidad de vías que confluyen en la parcela del centro, y con un mayor flujo de transporte resultado de unas vías más anchas con mayor número de carriles, tienen una mejor relación con el entorno.

Un ejemplo de este punto es el hospital Vall d’Hebron, el cual se encuentra entre tejidos residenciales que, junto con la topografía pronunciada del lugar, no favorecen a la relación entre el propio equipamiento y su entorno inmediato.

Otro ejemplo es el hospital del Mar que, aunque en un principio parezca que la relación gracias a los tejidos urbanos es más fluida debido a un incremento de la densificación del entorno a diferencia del hospital Vall d’Hebron, este hospital está emplazado en un punto donde sus edificaciones más cercanas no están lo suficientemente cerca como para poder generar un beneficio mutuo de flujo de usuarios.