Ensayo de obstrucción y flujo

Instalaciones Gases medicinales Ensayo de obstrucción y flujo

Este documento forma parte del Blog sobre gases medicinales de Jordi Renedo, director técnico del Centro de Cálculo Paramétrico.

Si una prueba puede parecer irrelevante, esta es la de obstrucción y flujo. Si bien mayoritariamente, afecta al último tramo de la instalación (desde pasillo hasta la toma), es tanto más necesaria cuanto más inexperto sea el personal que suelda. También influyen otros factores. Se describen varias causas que conducen a resultados manifiestamente mejorables y las soluciones que conocemos. No implica que no existan otras. No deberían encontrarse lecturas por debajo de los mínimos de la norma, al ser mediciones individuales (sin simultaneidad). Se dan criterios para seleccionar tanto manómetros como caudalímetros.

Si volvemos al gran auge de la construcción de nuevos hospitales y a la modificación de otros antiguos, y nos centramos en el tema de los gases medicinales, podemos observar que se pasó de una baja actividad a otra desbordante. Obviamente no se pasa de una situación a otra de forma instantánea. Además, la cultura sobre el tema era escasa (eran los tiempos de las normas IGV, IGA, e IGO) y la infraestructura no ayudaba, porque los elementos de control eran casi inexistentes. Las empresas de control de calidad no tenían instrumentos y los pedían a los instaladores.

Muy en origen, realizamos bastantes limpiezas y desobstrucciones de redes de vacío. Muy especialmente de áreas críticas, como quirófanos y reanimaciones. En un momento dado hicimos un recuento, y el total equivalente era de unas 5000 camas entre todas las tomas de vacío, contando que algunas de ellas se llegaron a limpiar/desobstruir más de una vez.

Las limpiezas eran necesarias por varias razones:

  • Las tuberías eran de diámetro reducido. Por lo que pequeñas suciedades se notaban más que en tuberías de diámetro mayor.
  • La geometría de las instalaciones era francamente mejorable entonces y todavía ahora lo es (horizontalidad, pendientes, soportaciones...).
  • Si aún hoy existen dudas sobre filtros y niveles de ajuste, en aquel entonces más.
  • Las centrales de vacío eran de baja capacidad. Centrales dúplex de 40 m3/hya casi eran una novedad. A pesar de que hospitales grandes, disponían de una capacidad total instalada de hasta 1600 m3/h (con 4 sub centrales de 2x200 m3/h). Caso del Hospital de Bellvitge desde la construcción.
  • El equipamiento para vacío era pobre. El personal asistencial, eliminaba en ocasiones las boyas (de nivel máximo de líquidos) de los vasos de secreciones para tener el máximo vacío posible. Lo que facilitaba la entrada de líquidos orgánicos en la red de distribución. Al mismo tiempo era un indicador de vacío deficiente y de vasos de secreciones pequeños.
  • El desconocimiento del personal de montaje de muchos detalles, no facilitaba el trabajo. Había una leyenda urbana de que todo estaba bien si todo soplaba o todo aspiraba.

En todas las limpiezas y desobstrucciones hacíamos mediciones de los resultados, para poder comparar el antes y después de la limpieza. No era la prueba descrita en el ensayo de obstrucción y flujo que comentaremos. Pero se le parecía, mediamos los caudales máximos toma por toma, antes de empezar la desobstrucción y al terminarla. 

En aquel entonces nos quedó la sensación de que había algo más y de esto vamos a hablar, en esta entrada al blog y de cómo medirlo/detectarlo/solucionarlo. También de problemas en este entorno, que se le parezcan o interfieran. 

 

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