Sistemas de climatización más sostenibles a través de bombas de calor

Daikin | FEBRERO 2021
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Europa desea ser el primer continente del mundo sin emisiones de CO2 para 2050 y la Comisión Europea pretende reducir las emisiones en, al menos, un 55% para 2030. En Daikin, apoyamos esta iniciativa y hacemos esfuerzos para convertirnos en una compañía sin emisiones de carbono para 20501.

El Plan de Inversión del Pacto Verde Europeo2 desea atraer inversiones de (al menos) 1 billón de euros por parte de la Unión Europea, los gobiernos nacionales y el sector privado para descarbonizar la Unión Europea3. Actualmente, el Plan de Inversión del Pacto Verde Europeo, que afronta la pandemia por COVID-19 y la crisis económica, también se encuentra en el centro del «Next Generation EU», el programa del fondo de recuperación europeo ante la COVID-19 por valor de 750.000 millones de euros.

Descarbonizar Europa y recuperarse de la pandemia por COVID-19 son retos enormes. Al presentar el Pacto Verde, el Presidente de la Comisión Europea calificó este reto para Europa como «levar al hombre a la luna». A la hora de implementar el Pacto Verde, esperamos ser testigos de que la Unión Europea y sus Estados miembros promuevan tecnologías con bajas emisiones de carbono, como las bombas de calor, garantizando una tarificación justa de la energía basada en el carbono y desincentivando el uso de combustibles fósiles para calefacción.

 

¿Por qué las bombas de calor?

En la actualidad, los edificios existentes en Europa son responsables de, aproximadamente, el 96% de todas las emisiones de CO2 de la Unión. Teniendo en cuenta que casi el 50% del consumo de energía final de la Unión Europea se utiliza para calefacción y refrigeración –del cual el 80% se utiliza en edificios4– el potencial para descarbonizar este sector es enorme.

Las bombas de calor son una solución probada y la Unión Europea cuenta con la tecnología, la experiencia y las inversiones para desarrollarlas aún más. Ya sea en viviendas unifamiliares o multifamiliares, proyectos de reforma o nuevas construcciones, edificios comerciales grandes o pequeños o plantas industriales, las bombas de calor están preparadas, en la actualidad, para ajustarse al Pacto Verde Europeo.

Se trata de una tecnología de calefacción con bajas emisiones de carbono: por cada kWh de energía calorífica necesaria, las emisiones de una bomba de calor son, a día de hoy, casi la mitad del de una caldera de gasoil de alta eficiencia, con un potencial de huella de carbono incluso inferior debido a la futura descarbonización de la producción de electricidad en la Unión Europea5.

Las bombas de calor hacen uso de las energías renovables como la energía térmica del aire, el agua o la tierra. Estas fuentes de energía renovable son abundantes en Europa, por lo que no necesitan importarse.

Utilizarán, cada vez más, electricidad renovable y van en camino de convertirse en una solución climáticamente neutra. A modo de ejemplo, para 2030, el porcentaje de producción de electricidad renovable de la Unión Europea se establece en, como mínimo, el doble del nivel actual del 32% de energía renovable, es decir, alrededor del 65% o más6.

Además, las bombas de calor son fundamentales para equilibrar la red de suministro energético y, de este modo, respaldar el futuro despliegue de la producción de energía renovable, actuando, por ejemplo, como una batería de almacenaje térmico para nivelar el suministro y la demanda de energía de forma flexible.

Invertir en bombas de calor también aumenta el crecimiento económico de la Unión Europea, puesto que estos productos están ampliamente desarrollados y fabricados en Europa. Daikin, por ejemplo, cuenta aquí con un centro de I+D y 5 fábricas relacionadas con la tecnología de las bombas de calor.

Cada euro invertido en tecnología de bomba de calor es un euro invertido en la creación de empleo local. El sector de las bombas de calor, en su totalidad, emplea actualmente a 225.000 personas en Europa7. Las nuevas inversiones en calefacción renovable aportarán beneficios a la economía europea, así como al medio ambiente.

 

Suecia: un caso de éxito

Suecia comenzó una ambiciosa política en la década de los 80 para sustituir las calderas de combustibles fósiles por bombas de calor. En la actualidad, las bombas de calor son el estándar para calentar los hogares suecos. Este empuje para hacer de las bombas de calor la tecnología estándar en calefacción residencial ayudó a reducir las emisiones totales de gases de efecto invernadero en un 33,7% entre 1990 y 20188.

Otros países europeos están empezando a seguir su ejemplo. Recientemente, países como Francia, Alemania, Italia y los Países Bajos han puesto en marcha esquemas para sustituir las calderas y promover las bombas de calor.

España, con la publicación del nuevo CTE en diciembre de 2019, y sus requerimientos sobre limitación de demanda y consumo energético de las viviendas y la aportación de energías renovables, hace proactivamente imposible el diseño de un nuevo edificio con sistemas de calefacción basados en la combustión. La bomba de calor pasa a ser la solución “lógica” a este servicio.

 

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