El Banco de Sangre de Oporto está construido para dar soporte as todas las actividades de recolección de sangre regional, análisis, así como su partición en 3 componentes (eritrocitos, plasma y plaquetas). Estos componentes se distribuyen después a los hospitales y las industrias farmacéuticas.

Esta tipología de edificio es nueva y casi no probada. Tiene una gran complejidad debido al riesgo permanente de contaminación de la sangre y a los cambios permanentes que obligan los avances científicos y tecnológicos continuos. Por tanto, es un edificio con un interior inestable, sometido a metamorfosis frecuentes a lo largo de su vida.

El programa del edificio es un proceso lineal secuencial (desmontaje de la sangre). Lo que sugiere que una construcción baja con espacio fluido es mejor que un alto edificio.

El edificio está situado una parcela con forma de polígono irregular en el corazón de una manzana de la ciudad, que comunica a la calle en dos vías diferentes (Bolama str. Y Visconde de Setúbal str.). El entorno es caótico, construido a base de patios traseros de las casi 20 parcelas que le rodean.

El edificio corre en distintas direcciones en busca de su geometría. Los extremos tocan las dos calles con sutileza: el edificio se levanta en Bolama str. anunciando la entrada principal (pública), en el extremo opuesto (Visc. Setubal str.) se encuentra la entrada secundaria de servicio.

El edificio se mueve entre la estructura sistemática dominante de carácter tecnológico y las irregularidades del lugar.

El Banco se construye con diferentes materiales: el granito local en el suelo, de acero galvanizado para la piel, vidrio industrial para las ventanas, zinc para la cubietra y madera contrachapada.

La luz natural es homogénea y se filtra (según la necesidad de cada laboratorio), a través de tiras de vidrio industrial que capturan la luz y extendiéndose desde el este al oeste.

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