Un Banco de Sangre es esencialmente un edificio laboratorio altamente complejo, donde la sangre donada se separa en sus tres componentes principales y se transforma para fines medicinales.

Es el segundo centro de estas características que ARX Portugal Arquitectos diseñan.

El emplazamiento donde se ubica el edificio es de una gran belleza: un espeso bosque de altos pinos con sólo 6 o 9 metros de distancia entre ellos.

Aunque hay algunas áreas urbanizadas relativamente cerca, se percibe un fuerte sentimiento de aislamiento. Este terreno está ubicado en la línea ondulada de la cima de una colina que de repente cae por una inclinada pendiente.

En este lugar, cualquier edificio parece ser excesivo. Es una distorsión en el equilibrio del paisaje. El edificio busca hacer frente a esta realidad.

La obra es un gran volumen gris, completamente envuelto en zinc, cuya única relación con el lugar parece ser una reacción al carácter ondulado de la tierra.

Las entradas, al igual que todas las aberturas, ventanas y claraboyas, son como crestas o surcos que ponen de relieve la tensión resultante del volumen plegado: en el lado convexo se proyectan hacia fuera; en el lado concavo son el mismo plano del cuerpo del edificio. En ambos casos, revelan el interior, cálido y luminoso.

En el diseño de los interiores, declaramos nuestra atención por la necesidad de espacios lineales y antisépticos pero con una interpretación estética radical que se aleja de las obsesiones meramente funcionales que encontramos en otros laboratorios que visitamos para este proyecto.

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