El edificio se integra en su contexto urbano más próximo a la vez que identifica la especificidad de las preexistencias del lugar y se conforma a su alrededor con el objetivo de revalorarlas.

El volumen en relación con la calle presenta dos plantas, un encuentro directo con la acera y aberturas verticales. En cambio los volúmenes que se enfrentan con el contexto ferroviario son de una planta, quedan elevados respecto el terreno y las aberturas se unifican en una única franja horizontal.

La hilera de chopos y el depósito de las antiguas instalaciones ferroviarios nos acotan el ámbito exterior del acceso. El vestíbulo se posiciona estratégicamente en el centro del edificio, actuando como un espacio panóptico, que articula y relaciona las diferentes áreas funcionales así como la visión de las preexistencias exteriores.

En un extremo del vestíbulo un patio envuelve el gran chopo y nos permite sectorizar en sus dos otros lados la aula de educación sanitaria y la zona de las consultas.

Las consultas se sitúan a ambos lados de un espacio de espera que se ilumina cenitalmente a través de dos lucernarios orientados intencionadamente para enmarcar el follaje de los chopos.

En la zona de atención continuada la sala de espera presenta una doble altura y un ventanal en su extremo que encuadra el antiguo depósito y la hilera de chopos del acceso.

La respuesta al lugar deviene un recurso, una oportunidad para aportar más valor añadido a la correcta resolución funcional, propia de un centro de atención primaria.

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