Este centro médico ultracompacto con fachada frontal y trasera transparente tiene una máxima apertura y luz. Una cualidad que ha sido enfatizada de forma deliberada en este proyecto. Este enfoque se traduce en un agradable ambiente abierto tanto para los profesionales como para los pacientes. En el interior, los usuarios no se sienten oprimidos, sino aireados, con una relación bien pensada entre la sala de espera y la sala de reuniones con la calle dónde se sitúa, y con las salas de atención médica con el pequeño jardín al fondo.

Para proteger adecuadamente la vista de la calle, pero sin comprometer la calidad de la luz, el aire y la visibilidad, se ha creado un filtro en la fachada que da a la calle. Se trata de una estructura de madera vertical, ligeramente angulada que evita el sobrecalentamiento, pero sobre todo regula la privacidad y la relación con la calle. Este filtro sigue el perfil de la calle, mientras que el propio edificio compacto se ha hecho radicalmente ortogonal. Esto crea una fascinante relación entre las dos fachadas que se encuentran en cuña una con la otra.

Una puerta en esta estructura o filtro se abre hacia el interior y así forma una entrada clara cuando el edificio está abierto. Por la noche, el edificio se puede cerrar completamente, no sólo literalmente sino también visualmente, como una clara comunicación al dominio público.

La ciudad de Ronse quiere fortalecer su papel de pueblo pequeño, y este concepto (médico) polivalente y sostenible contribuye a este objetivo. Este centro se encarga de las tareas rutinarias y los pacientes pueden entrar en el centro sin cita previa. Además de los análisis de sangre, también se puede utilizar para consultas regulares, se puede alquilar una sala de reuniones y se organizan cursos de formación médica. De esta manera, el pequeño y flexible edificio encaja perfectamente en la vida cotidiana de Ronse.

El edificio se adapta a su entorno mediante el procesamiento de un volumen específico, la altura de la cornisa y la materialización. Al mismo tiempo, el edificio se distingue lo suficiente de su entorno inmediato como para enfatizar su carácter semipúblico. 

La construcción y materialización del edificio es muy modesta. Un edificio masivo aislado con EPS y yeso de resina de silicona, grandes ventanales en la parte delantera y trasera con cristales de alta eficiencia en los marcos de las ventanas de aluminio, y una fachada de madera Accoya, una madera que se ha conservado mediante acetilación.

La simplicidad también prevalece en el interior. En esencia: suelos y escaleras de hormigón pulido y paredes y techos enlucidos de color blanco. Las cortinas del suelo al techo en todas las habitaciones equilibran estos materiales duros.

Estas cortinas acústicas proporcionan un agradable tiempo de reverberación, pero al mismo tiempo aseguran una cierta familiaridad.

Los sistemas de acondicionamiento térmico utilizados son contemporáneos, con una bomba de calor y una ventilación equilibrada, pero no para puntuar en términos de rendimiento energético, sino siempre con la intención de hacer la experiencia del usuario, tanto de los médicos como de los pacientes, lo más agradable posible.

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