La parcela identificada como recinto de Oliváis presenta tres plataformas de distintas cotas. En la más alta se sitúan dos depósitos frente a la Avenida Infante D. Henrique y la estación de bombeo. Al norte y sur de cada uno de estos depósitos el terreno desciende una altura de un piso aproximadamente y en el sentido oeste se encuentran la plataformas más bajas y de mayor tamaño.

El laboratorio se sitúa en la plataforma inferior sureste. La topografía, el programa y la forma de la parcela definen la estructura del edificio de dos plantas que establece y articula el programa de laboratorio. En la planta sótano, se encuentran espacios destinado al apoyo de la actividad de laboratorio y aparcamiento para empleados y los vehículos de transporte de muestras diarias para su análisis.

La actividad del laboratorio se inicia con la llegada de los vehículos EPAL que transportan las muestras recogidas en varios puntos que pertenecen al sistema EPAL que se entregan a la llegada para que posteriormente se pueda proceder a su evaluación cualitativa. Además de esta actividad el laboratorio también desarrolla el control y análisis de muestras y pruebas de materiales particulares con una especial atención a aquellos que estarán en contacto con agua para el consumo humano.

Cada actividad presenta distintas exigencias de programa que necesitan ser atendidas, sin embargo, existen unas características relacionadas con la articulación y la proximidad de los diferentes espacios, la calidad térmica y de iluminación, el nivel de esterilización y el control y la accesibilidad de personas y materiales. El carácter denso y concentrado del edificio facilita la optimización del programa que exige un distribución basada en la interdependencia funcional.

El edificio contacta de forma intermitente con el exterior mediante la doble piel que controla la entrada de luz mediante sistemas de oclusión y la elección cuidadosa del vidrio. La densidad de los elementos de protección solar se establece en base al resultado de los estudios llevados a cabo que toman como factores determinantes la orientación y las exigencias lumínicas de los espacios interiores.

 

Internamente, se describen cuatro cuerpos con dimensiones estipuladas según el tipo de laboratorio. La circulación horizontal de generosas dimensiones para permitir la circulación de coches y personas en las dos direcciones se prolonga hasta la fachada definiendo unos espacios que no requieren o incluso necesitan la ausencia de luz natural directa. En las cuatro esquinas de este volumen interior las tuberías propuestas deberán asegurar en todos los pisos la recepción y derivación de las redes de instalaciones especiales.

Rasgando centralmente el volumen interior e introduciendo luz zenital aparece un lucernario que cubre la circulación principal de conexión entre las distintas plantas y crea una estrecha calle que permite ventanas internas para el control de la luz en los espacios de procesamiento adyacente.

La intersección de esa calle con el pasillo central, donde se asientan el montacargas y el ascensor, genera un hall central de distribución interna que centraliza y separa los accesos entre las diferentes áreas del laboratorio. En la planta técnica, el volumen se eleva en el centro Por el equipo central de aire acondicionado y el equipo que controla la higrometría y la temperatura de cada laboratorio. Para evitar la contaminación, los laboratorios están despresurizados mientras que los pasillos están en un ambiente presurizado.

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