Los datos recogidos en el Estudio Nacional sobre los efectos Adversos (ENEAS 2006), mostraron una tasa de incidencia de eventos adversos en los servicios de cirugía general del 10,5% (Aranaz 2007) y del 3% en los servicios de cirugía mayor ambulatoria (Aranaz 2008). Siendo evitables el 36%. Dado que los pacientes quirúrgicos son más proclives a desarrollar eventos adversos, se pone de manifiesto la necesidad de aplicar medidas orientadas a la prevención, como el mapa de riesgos, temática del presente documento.

La medicina en el pasado solía ser simple, poco efectiva y relativamente segura, mientras que en la actualidad se ha transformado en compleja, efectiva pero, potencialmente peligrosa. Siendo, los Productos Sanitarios Activos No Implantables1 (PSANI), en lo sucesivo equipos electromédicos, de uso habitual, creciente e imprescindibles, como herramientas tecnológicas, en los procedimientos de diagnóstico, monitorización y terapia en el ámbito del quirófano. Por lo que, la seguridad eléctrica y funcional de dichos equipos electromédicos condiciona, entre otros muchos factores, la seguridad del paciente.

A partir del análisis de las indicaciones de seguridad especificadas por los fabricantes en los manuales de uso y manejo de los equipos electromédicos, se ha aplicado la norma sobre la Gestión de Riesgos a los Productos Sanitarios para llegar a la matriz de estimación de riesgos: severidad – probabilidad. Y, desde ésta, a la matriz de riesgoevitabilidad: planes de control. Llegando a la reducción del riesgo a la mínima expresión y restando, únicamente, una tasa de riesgo persistente o residual.

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