Este espacio de casi 450m² comprende 12 habitaciones privadas para familias con bebés prematuros o con patología crónica, con comunicación directa con Cuidados Intensivos y Semicríticos Neonatales a través de un pasillo central.

El proyecto de “contigo como en casa” está dirigido al recién nacido/a que precisa cuidados especiales o intermedios en situación clínica estable (estudio clínico, consolidación en la alimentación, monitorización, oxigenoterapia, etc). Sitúa a la familia al centro de las curas del neonato, a la vez que facilita a madres, padres y hermanos/as que se sientan como en casa, siempre con el asesoramiento de los profesionales. Se adapta este nuevo diseño a los cambios recomendados por el modelo de cuidados y a las necesidades de los/las pacientes, las familias y los/las profesionales. Como resultado se sustituye la hospitalización convencional de boxes de neonatos clásica por este proyecto asistencial familiar, ofreciendo el cuidado al recién nacido en el lugar y por las personas más adecuadas, reservando el ingreso hospitalario convencional a los neonatos más complejos. 

Para que este proyecto funcione, se deben adaptar los espacios físicos al modelo de cuidados centrados en el paciente y en la familia, facilitando su comodidad y bienestar y la de los profesionales responsables de su cuidado y tratamiento. Para conseguirlo hemos diseñado un espacio integral con un pasillo central con acceso a todas las habitaciones, un control central, y áreas para los profesionales en un espacio más retirado. De las 12 habitaciones, 8 son para cuidados de un/a neonato/a, y los otros 4 son más grandes para albergar neonatos gemelares, o incluso trillizos, aunque sólo uno tenga que estar en observación.

El diseño se basa en criterios de evidencia científica y neuroarquitectura, buscando el mejor entorno para el/la paciente (neonato/a), las familias y los/as profesionales, de forma que se cree el ambiente propicio para una estancia tranquila, lejos de angustias y tensiones, que ayuden a una recuperación más rápida del/la paciente. Cuando las madres y los padres viven en un espacio confortable y tranquilo, que los abrace en sus dudas y nervios, se transmite directamente a su bebé, creando el ambiente y contacto más propicio para pasar los días en hospitalización. Es de vital importancia transmitir seguridad a las madres y padres, saber que tiene a las/los profesionales a su lado, pero sin interferir en su intimidad, buscar este equilibrio tanto en el entorno físico como en el campo emocional es la clave de este proyecto.

Principios del diseño de los espacios

El pasillo central es el espacio de unión entre todos los espacios, con el control de enfermería en el centro, y las 12 habitaciones distribuidas a todo su largo. Este pasillo es blanco con unos paneles de colores que van marcando los accesos a todas las habitaciones, y a su vez transmitiendo color, alegría y curiosidad en este espacio vertebrador.

Las habitaciones se han tratado como dos espacios diferenciados, el de cuidados médicos y enfermería, y el espacio de las familias, al lado de la ventana. Se han utilizado materiales completamente diferentes para las 2 zonas: en el espacio más médico, justo en la entrada, se han colocado revestimientos de Hpl en las paredes, suelos continuos de la misma tonalidad que el pasillo, y una luz más blanca para que el/la profesional pueda trabajar en las mejores condiciones. En cambio, en la zona de la familia se ha creado un ambiente más hogareño, con pavimento imitando la madera, papel vinílico en la pared con colores naturales, y una luminaria especial para darle un ambiente todavía más agradable. La luz tiene una temperatura más cálida.           

Otro punto importante ha sido el tratamiento acústico de los revestimientos, que se ha trabajado especialmente con el cielo raso, y también con los revestimientos de la zona de la familia de las habitaciones.

Ha sido de gran importancia el tratamiento de la luz y del sonido en la unidad. Tal y como nos explicaron desde el Servicio de Neonatología al iniciar el proyecto, los estímulos que recibe el feto en el útero son filtrados y modulados, y de esta forma son los adecuados para favorecer un desarrollo neurosensorial óptimo. El desarrollo neuronal del feto y del recién nacido, con la diversidad de conexiones y redes neuronales, está influenciado por factores biológicos, pero también por factores ambientales. Pero el ambiente en los espacios de Neonatología difiere radicalmente del ambiente del útero materno, por la presencia de luces intensas y brillantes o ruidos excesivos. Los recién nacidos prematuros y recién nacidos enfermos que están hospitalizados son muy sensibles a este entorno de estímulos sensoriales excesivos y manipulaciones frecuentes, que generan un impacto negativo en un cerebro anatómica y funcionalmente inmaduro, tanto por su incapacidad de procesar y modular este exceso de información como por inmadurez para autorregularse. La exposición continuada a estímulos sensoriales excesivos (luces intensas, ruido) influye negativamente en el neurodesarrollo y crecimiento del recién nacido, especialmente el muy prematuro.

En lo que respecta a la luz y el ruido se debe evitar la sobreestimulación sensorial del recién nacido. Al mismo tiempo se le debe proporcionar una estimulación lumínica y auditiva individualizada, ajustada a su madurez, y a las respuestas conductuales que presenta en cada momento.

El objetivo de los profesionales que trabajan en las unidades neonatales ha de ser ofrecer el tratamiento para la patología del recién nacido y proporcionar un ambiente que favorezca su neurodesarrollo y el bienestar de su familia.