La arquitectura hospitalaria va detrás de la rápida evolución de la tecnología médica. Desde los últimos años del siglo XX, los quirófanos lideran ese proceso de transformación con la inclusión de especificaciones que aportan seguridad, confort, eficiencia y calidad al paciente y al personal médico. En este momento, la sofisticación de los quirófanos híbridos lidera este cambio, un gran avance hospitalario y tecnológico que debe contar con una buena planificación de recursos, de gestión y de diseño. Nos interesa hacer una rápida pincelada a este tipo de quirófanos para invitar a la reflexión sobre su futuro.

Un quirófano híbrido es una sala quirúrgica multidisciplinaria, equipada con dispositivos avanzados de imágenes diagnósticas de alta calidad, que combina una gama de servicios de intervención sin trasladar al paciente durante los procesos quirúrgicos. Estos servicios complementarios, generalmente, comprenden tecnologías mínimamente invasivas, imágenes médicas (como RMN y TAC) y herramientas de comunicación constante con el exterior.

Generalmente, las intervenciones quirúrgicas complejas se practican en áreas separadas y alejadas de las salas de imágenes diagnósticas. Así que el problema surge en caso de necesitar un nuevo diagnóstico con imágenes de alta calidad durante la operación: el recorrido y el traslado del paciente hasta esa área del hospital pueden poner en riesgo su seguridad y convertir la intervención en un proceso ineficiente. El modelo híbrido apoya el mejor cuidado de los pacientes y el uso óptimo de los espacios e incorpora, además, todas las condiciones de asepsia y las características de equipamiento de un quirófano avanzado. Se usan, principalmente, en intervenciones cardiacas, vasculares y de neurocirugía, pero pueden resultar adecuados para otras disciplinas quirúrgicas como traumatología, hemodinámica, urología o cirugía cráneo-facial.
 

Las necesidades que debe cubrir esta clase de quirófano cambian constantemente, ya sea por el tipo de operaciones que pueden realizarse o por la tecnología para llevarlas a cabo. Por ello, es fundamental diseñar espacios flexibles, que permitan modificaciones y mutaciones en suelos, techos, equipos de climatización y tecnologías de comunicación. Varias disciplinas utilizan este tipo de quirófanos: cirujanos, intensivistas, cardiólogos, anestesistas, enfermeras y técnicos, entre otras especialidades: todo este personal influye en el diseño del espacio.

Los primeros quirófanos híbridos contaban con un aparato de imagen en C, dentro del propio espacio. Se ha pasado a disponer los aparatos fuera, directamente conectados a la sala de cirugía, por la gran complejidad técnica de una resonancia y para dar un mayor rendimiento de utilidad a los aparatos. Por esto, se crean circuitos ambulatorios para aprovechar el uso del equipamiento fuera de los propios procesos quirúrgicos.