La principal vía de transmisión del virus SARS-CoV-2 es la vía aérea, a través de pequeñas gotas que se producen cuanto una persona infectada, estornuda o habla, en distancias cortas. Estas gotas son relativamente pesadas, no viajan muy lejos y se depositan rápidamente en el suelo o en las superficies cercanas. Por eso una de las principales medidas para evitar el contagio es mantener la distancia entre personas de 1,5 metros, así como el uso de mascarillas.

Así mismo, el virus puede ser viable en el aire unas horas en aerosoles más pequeños que podrían desplazarse a más distancia, transportados por los flujos de aire o por conductos de aire de los sistemas de climatización. Aunque esta vía de transmisión por aerosoles pequeños es menos probable, se pueden adoptar algunas medidas preventivas al respecto.

Por otr parte, la recirculación del aire producida por unidades de tratamiento de aire puede ayudar a mantener los aerosoles en el ambiente, evitar que precipiten por gravedad y recircularlos, aunque estos equipos no amplifican la concentración del virus, y además el proceso de condensación de la humedad que se produce en la época estivas a las bacterias de los equipos reduce la probabilidad de transmisión del virus a través de estas instalaciones.

Es importante considerar la ventilación como una medida preventiva de la enfermedad. La renovación del aire tiene efecto sobre todo para reducir estas gotas más pequeñas, que pueden mantener horas en suspensión en los ambientes cerrados.

Por lo que se recomienda:

• Mantener la máxima aportación de aire exterior a los locales
• Aumentar el cabal de ventilación natural abriendo puertas y ventanas
• Iniciar la ventilación dos horas antes de la apertura
• Comprobar que las descargas de las extracciones de aire estén lejos de las tomas de aire exterior
• Baños bien ventilados
• Los ventiladores no son muy recomendables ya que son una fuente de dispersión