Cuando un paciente ingresa en un centro hospitalario, normalmente se enfrenta a tensión, dudas y vulnerabilidad. Encontrar fórmulas que permitan hacer su experiencia más confortable tiene una repercusión directa en su salud y bienestar. Por ello, la calidad de la estancia del paciente se ha situado en el centro del diseño de los espacios hospitalarios.

El avance de la tecnología y las continuas innovaciones ofrecen ahora a los gestores de estos centros una oportunidad de apostar por instalaciones sostenibles, digitales y que permitan mejorar la calidad de la estancia.

En este sentido, contar con una iluminación adecuada a cada ambiente puede tener un impacto no solo en la experiencia de ingreso en un centro hospitalario sino también en la humanización de esta experiencia.

La importancia de la iluminación en el ámbito hospitalario

Un espacio en el que el ambiente sea agradable promueve la curación, beneficiando tanto al personal como a los pacientes. Está demostrado que la iluminación que mejora el confort tiene un impacto positivo en la salud de las personas, tanto a nivel visual como emocional. Al impactar directamente sobre su reloj biológico, ayuda a cuidar los patrones de sueño e incluso mitiga el riesgo de desarrollar determinadas enfermedades como las inflamatorias.

Esto es especialmente relevante para algunos trastornos como pueden ser la depresión o la bipolaridad. Así lo demuestra el estudio llevado a cabo en el Hospital Valen de Noruega, en el que se reportó que adaptar el uso de la luz a las necesidades de los pacientes reduce sus síntomas y genera un cambio emocional positivo.

Tanto es así, que a raíz de este estudio la Sociedad Internacional de Trastornos Bipolares, ISBD, desarrolló posteriormente una recomendación internacional para incluir la iluminación como parte del tratamiento de los pacientes bipolares.