Recientemente vimos como un terrible incendio en una residencia de ancianos en Moncada (Valencia), dejaba al menos seis fallecidos y una quincena de heridos de diversa gravedad, entre ellos, personal de los equipos de extinción.

El incendio, según los primeros datos, fue debido a un cortocircuito en la primera planta, en una habitación en la que había dos ancianos. El inspector jefe del Consorcio de Bomberos de Valencia, José Miguel Basset, ha señalado que cuando llegaron había "gran cantidad de personas pidiendo auxilio atrapadas por el humo". El incendio afectó a toda un ala de la residencia, y obligó al desalojo de los 70 residentes.

Este tipo de sucesos nos alertan sobre la vulnerabilidad de estos espacios donde residen personas mayores y con la movilidad reducida, y por tanto de la necesidad de contar con medidas de protección contra incendios adecuadas y eficaces.

Las residencias de ancianos son espacios especialmente vulnerables en caso de incendio, debido a la movilidad reducida de sus inquilinos y los cuadros de enfermedades cognitivas que normalmente se ven asociados a la edad avanzada. Estas circunstancias hacen que la instalación de sistemas de protección contra incendios, elementos imprescindibles para garantizar la seguridad en residencias de mayores.

Algunas de las acciones elementales que hay que poner en marcha para asegurar la seguridad contra incendios de una residencia son: crear zonas completamente seguras en cada planta donde el fuego no llegue (sectorización), habilitar zonas de evacuación segura, ignifugar los materiales (alfombras, cortinas, sillones, etc.), y reforzar los sistemas de seguridad contra incendios exigidos por la legislación, instalando sistemas que detecten el incendio en su fase temprana, rociadores automáticos de agua y evacuación de humos que despeje pasillos y vías de escape.