El hospital está situado en el límite oriental de Meppel, una pequeña ciudad del noreste de los Países Bajos, donde se encuentra con Reestdal, un valle rural caracterizado por sus prados, campos, brezales, bosques, fincas y granjas monumentales. El encargo de diseño consistía en un hospital completo de 23.500m² con un centro de rehabilitación integrado de 5.000m² que debían integrarse en el paisaje circundante. 

El objetivo de diseño era crear un edificio que resultara acogedor a pesar del amplio programa que comprende el hospital. Crear un lugar de trabajo agradable para los empleados y mejorar la tasa de recuperación y la experiencia de los pacientes: un entorno curativo que estimule la vitalidad, la salud y el movimiento. Varios grupos de trabajo y conferencias con profesionales sanitarios ayudaron a optimizar los flujos de trabajo y han dado como resultado un edificio muy eficiente en el que la mayoría de las funciones están ubicadas en la planta baja.

Gracias a la orientación predominantemente horizontal, el uso de colores y materiales naturales y la implantación de un paisaje de cubierta verde, el hospital se integra perfectamente en su entorno natural. Las placas de aluminio plegadas de la fachada reflejan la luz solar de forma diferente a lo largo del tiempo, cambiando el aspecto del edificio a lo largo del día y con las estaciones. Las marquesinas acentúan la horizontalidad del edificio y ayudan a evitar el sobrecalentamiento. Vakwerk Architecten colaboró estrechamente con los diseñadores estratégicos de Komovo para garantizar una perfecta extensión del contexto natural al interior. La identidad espacial queda plasmada en varios detalles interiores, como hojas de latón de árboles locales integradas en el suelo, como si fueran arrastradas por el viento; animales que siguen el movimiento de los visitantes en la entrada mediante una proyección mural interactiva; y diversos grabados de plantas y animales que adornan paredes, puertas, ventanas y cortinas.

En términos de presupuesto, se puso el máximo empeño en cualidades esenciales para el entorno curativo previsto. Naturalmente, una gran planta baja con mucha luz natural y conexión con el paisaje es más cara que un edificio compacto, pero el presupuesto del nuevo hospital era limitado a pesar de incluir funciones de alta tecnología como quirófanos, radiología y laboratorios, por tanto había que hacer concesiones que se reflejarían en los acabados interiores. Aun así, se consiguió un ambiente tranquilo, natural y acogedor utilizando estuco sencillo en combinación con marcos de madera y techos de madera en lugares públicos importantes.

No sólo por su organización y expresión arquitectónica el hospital es innovador en su sector: el Isala Diaconessenhuis es también el primer hospital totalmente eléctrico de los Países Bajos. Paneles solares cubren los tejados de los dos volúmenes superiores, y el edificio está equipado con un sistema de almacenamiento térmico. Además el edificio trata su entorno con el máximo respeto: el terreno está plantado principalmente con vegetación local; se han conservado nidos de cigüeñas y se han añadido otros nuevos; y el tejado verde permite una biodiversidad suficiente. El resultado es un edificio saludable, tanto para sus usuarios como para el medio ambiente, ahora y en el futuro.

Con la nueva Isala Diaconessenhuis, Vakwerk Architecten consiguió un importante valor añadido en múltiples frentes: en un sentido social, crear un hospital centrado en la vitalidad, el movimiento y la naturaleza; en un sentido funcional, gracias a la optimización de los flujos de trabajo; y, por último, en un sentido cultural, al realizar un hospital típico de la región de Meppel, donde algunas personas siguen entrando con atuendo tradicional y zuecos.

El impacto del hospital es claramente visible al entrar en el edificio. Los pacientes y visitantes se sienten inmediatamente como en casa, están más relajados y pueden orientarse con facilidad. Los pacientes ingresados durante periodos más largos están cerca de un bello entorno natural, con cigüeñas anidando justo delante de sus ventanas. El ambiente hogareño estimula a los pacientes a levantarse de la cama, interactuar en las pequeñas salas de estar del pasillo o incluso salir a dar un pequeño paseo. Estos pequeños elementos pueden contribuir a mejorar la tasa de recuperación de los pacientes.

Es un edificio que cambia por completo la experiencia de un hospital, tanto para sus pacientes como para los profesionales sanitarios que trabajan en él.

Data del proyecto

Finalización: 2021

Autor proyecto: Ellen van der Wal

Cliente: Isala klinieken y Zorggroep Noorderboog

Construcción: Consortium TDE (Trebbe, Dura Vermeer and EQUANS)

Colaboradores: Deerns, Pieters bouwtechniek, Basalt, Strijbos constructies, KOMOVO

Superficie: 16,500 m²

Numero de camas: 188

Fotografias: Egbert de Boer / Melanie Samat

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