Hospital Naval de Buenos Aires
El actual edificio del Hospital Naval, proyectado en 1970 por los arquitectos Testa, Lacarra y Genoud, es una construcción de estilo postmoderno, que encuadra dentro de la corriente brutalista, aunque forma parte de la impronta personal de Clorindo Testa. Ocupa una manzana completa de formato trapezoidal, sobre la Avenida Patricias Argentinas, entre las calles Machado y Franklin. Sin duda, el elemento formal que destaca al hospital es su contorno, que recuerda a un barco de guerra. Las ventanas del edificio son redondas, recordando a los ojos de bueyes de las naves, y el tanque de agua que abastece al establecimiento se encuentra en la azotea, recordando a una torre de control de un navío. Sobre ambos laterales, escaleras de emergencia en caracol sobre robustas estructuras de hormigón armado visto con aberturas triangulares, elementos que aparece de forma casi obsesiva en las obras del arquitecto Testa, desde la Biblioteca Nacional hasta el Banco de Londres de Buenos Aires. En la planta baja, a nivel de la calle, se encuentra una playa de estacionamiento, y todos los accesos al edificio: de emergencias, público ambulatorio, médicos, auxiliares, técnicos y abastecimiento.
En los dos subsuelos se encuentran: servicios generales, consultorios externos y salas de radioterapia, y en el primer piso están los laboratorios y en el segundo quirófanos y terapia intensiva. Por último, los siguientes cuatro pisos están destinados a internación. El hospital está construido en hormigón armado, utilizándose un sistema de vigas y columnas, y la mayor parte está revestida de mosaicos color celeste, que hacen referencia al mar. Los objetos principales del proyecto fueron lograr una gran plasticidad de uso de las diversas plantas, en caso de que fuera necesario el cambio de función de los distintos sectores, por ejemplo se instalaron en el mismo nivel los Quirófanos y las Salas de Parto, dando la posibilidad de utilizar ambos para un mismo uso de ser necesario, y también la posibilidad de utilizar las mismas camas para diversos servicios, siguiendo el concepto de masificación; además, la facilidad de acceso para pacientes ambulatorios, ubicando los servicios más concurridos en los niveles más cercanos a la planta baja; y la independencia de las circulaciones verticales, separando la del público general de la de los pacientes.
El edificio está dividido en nueve plantas. Estas responden a un planteo lineal. La planta baja se utilizó para resolver los accesos: públicos, de emergencias, médicos, auxiliares, técnicos y abastecimiento. En los dos subsuelos se encuentran los servicios generales, consultorios externos y salas de radioterapia. El primer piso está destinado a los laboratorios y el segundo piso a los quirófanos y terapia intensiva. Los cuatro niveles superiores se utilizan para internación y son estas las habitaciones que tienen las ventanas redondas como ojos de buey, dando en su mayoría hacia el parque. Las ventanas parecen perforar el gran barco.
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